Anhelando la Justicia y Paz Perfecta

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quisiera hablarles sobre la justicia y la paz perfecta que anhelamos. Vivimos en un mundo lleno de conflictos y violencia, donde la injusticia y la opresión están presentes en muchas partes del mundo. Sin embargo, como cristianos, sabemos que Dios tiene un plan para traer la justicia y la paz perfecta a este mundo.

En el libro de Isaías, el profeta habla de un futuro donde habrá paz y justicia en la tierra. En Isaías 2:4, se nos dice: «Él juzgará entre las naciones, y hará decisiones para muchos pueblos. Forjarán sus espadas en arados, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.» Aquí vemos una imagen de un futuro en el que la guerra y la violencia serán cosa del pasado.

Además, en el libro de Apocalipsis, se nos presenta una imagen de un nuevo cielo y una nueva tierra, donde Dios reinará en justicia y paz. En Apocalipsis 21:4, se nos dice: «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos, y no habrá ya muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.» Esta es una imagen de un mundo sin dolor ni sufrimiento, donde Dios ha restaurado todas las cosas a su estado original.

Como cristianos, anhelamos esta justicia y paz perfecta que sólo Dios puede traer. Sin embargo, también sabemos que no podemos esperar a que Dios haga todo el trabajo. Jesús nos llamó a ser agentes de cambio en este mundo, para ser sal y luz en medio de la oscuridad. Debemos trabajar para traer justicia y paz a este mundo, como lo hizo Jesús.

La justicia y la paz perfecta son el corazón de la voluntad de Dios para este mundo. Dios quiere que trabajemos para acabar con la injusticia y la opresión, para defender a los débiles y para traer paz a los conflictos. Debemos seguir el ejemplo de Jesús, quien nos enseñó a amar a nuestros enemigos, a perdonar a los que nos han hecho mal, y a trabajar por la justicia y la paz en todas las áreas de nuestra vida.

Así que hermanos y hermanas, sigamos luchando por la justicia y la paz en este mundo. Oremos por aquellos que están sufriendo por la injusticia y la opresión, y pidamos a Dios que nos dé la fuerza y el coraje para trabajar por la justicia y la paz en nuestras comunidades y en todo el mundo. Sabemos que Dios está con nosotros en esta lucha, y que un día Él traerá la justicia y la paz perfecta a este mundo.

En el nombre de Jesús, amén.

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